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Temporada 8 Al Aire - Episodio 2 No Rules Clan

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Tenemos que hablar de los ‘Headliners’ en el FEP

Foto del escritor: Valentina MejíaValentina Mejía

Actualizado: 19 mar

En vísperas del festival más esperado del año decidimos sentarnos a reflexionar sobre la oferta en materia de ‘Cabezas de Cartel’ o ‘Headliners’, la curaduría de conglomerados internacionales que marcan la agenda de los espectáculos en vivo y la importancia de cuestionarnos como audiencia sobre si es relevante o no ver actos como Justin Timberlake, cuando en otros festivales figuran artistas contemporáneos y destacados como Charli xcx.

 

Asistir a un Festival como el Estéreo Picnic durante los cuatro días puede costar un salario mínimo completo y solo un día, la mitad del mismo. Quienes asistimos tenemos el inmenso privilegio de invertir esa cantidad en nuestro entretenimiento, aún cuando nos toque aplazar otros placeres. Por todo lo que esto representa, es también importante reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo y lo que hay detrás de una industria como la de la música, y por qué no, preguntarnos por la relevancia de los artistas que están allí, la coherencia con lo que representan los carteles de eventos de este tipo, que resultan siendo una fotografía del momento, de las bandas que están representando a esta generación, aún cuando la misma industria se regodea exprimiendo al máximo todo lo que esté relacionado con la nostalgia.   Por eso entender de dónde vienen estos deseos es algo fundamental para darle camino a ser una audiencia crítica que no solamente vea estos eventos culturales como un producto para comprar sino como un espacio de reflexión y diálogo sobre lo que hay detrás.  


Haciendo una revisión a los carteles pasados de Estéreo Picnic se evidencia que se puede crear un equilibrio entre nombres girando y relevantes a nivel mundial, artistas memorables sin caer en lo repetitivo y headliners locales. Solo el jueves de la edición del 2017 contó con varios artistas en su ronda de éxito mundial: The Weeknd, The XX, Justice y por primera vez en latinoamérica se presentaba la emblemática banda gringa de punk Rancid. Fue un cartel con artistas que innovaron sonora y visualmente, apuestas emocionantes y una dosis de nostalgia bien utilizada. La fórmula funcionó y se repitió: en 2018 Gorillaz encabezó la lista junto con Lana Del Rey y LCD Soundsystem, en 2019 el FEP contaba con el headliner más sonado del año, Kendrick Lamar en su boom mundial: hits #1 en listas internacionales, nominación a un Oscar, varios Grammys y el primer rapero en la historia en ganar un Pulitzer, junto con los Arctic Monkeys. Finalmente el 2023: Billie Ellish, estrella pop indiscutible, junto con Rosalía y Drake (así la flojera de su show haya sido de lo más olvidable de esa edición). Desde 2022 se agregaron headliners locales: JBalvin y Feid, y actos nacionales de diversos géneros como El Binomio de Oro y Jerry Rivera que apuntan a la nostalgia, pero esta vez de nuestras raíces, de la tierrita. Gracias a la constancia en buenos carteles a nivel tanto nacional como internacional, Estéreo Picnic rompió todos sus récords en 2023 con un total de 170.000 asistentes y se mudo al Parque Simón Bolívar. Con todo este panorama,las expectativas de un cartel con nombres gigantes para está edición estaban a tope. 


Cartel del Festival Estéreo Picnic 2025
Cartel del Festival Estéreo Picnic 2025

Cuando se anunció el FEP 2025 tanto asistentes en redes sociales como algunos creadores de contenido relevantes como Jose M, algunxs periodistas de opinión  estaban de acuerdo en algo: ¿dónde están lxs headliners? A esta pregunta se han dado varias respuestas. Por un lado, la fragmentación de audiencias impulsada por plataformas como TikTok e Instagram ha hecho que el éxito sea más volátil: una canción puede volverse viral en semanas, pero eso no siempre se traduce en una carrera lo suficientemente sólida como para garantizar un lugar constante en el mainstream. Al mismo tiempo, muchxs artistas masivos han optado por giras en solitario en lugar de festivales, priorizando el control creativo y mejores márgenes de ganancia. 


Con estos cambios es inevitable ver a los carteles transformarse, sin embargo yo le apunto a otra razón para explicar esta ausencia de headliners en esta edición: los monopolios internacionales tienen la seguridad de asistencia y confianza ciega del público sin importar el cartel que ofrezcan. La fidelización del público a través de los años (que acá en Colombia fue gracias a un festival que se anunció como producto colombiano), la falta de competencia local en montaje, duración del evento y oferta internacional hacen que ahora este sea un evento que el público espera con ansias y por lo mismo, que compran sin importar quienes esten ahi. Y todo esto nos lleva a que en 2023 Páramo Presenta fue adquirido por el conglomerado Live Nation, la mayor productora de eventos del mundo y en LATAM, pues tiene una participación mayoritaria en Lollapalooza, lo que le da un control significativo sobre la programación de los festivales más importantes de la región. Desde antes de la adquisición ya habían similitudes en los carteles sudamericanos (debido a que es financieramente más rentable que lxs artistas tengan más de una fecha en su paso por el continente) pero para esta ocasión hemos visto una desconexión más grande entre los grandes nombres anunciados y quienes dominan las listas de éxito actuales. 




A pesar de los cambios en la distribución y la manera en que consumimos música hoy en día, no hay duda de que la figura de un popstar, o rockstar, aún sigue muy vigente. El culto a lxs ídolos y sus tropas leales de fans no han disminuido, de hecho, un efecto post-pandemia debido al aislamiento es un incremento en el fortalecimiento de las relaciones parasociales. 

Una cosa es que un festival construya su cartel con artistas que están girando y son relevantes en el momento, y otra muy distinta es cuando los grandes conglomerados imponen su agenda con la seguridad de que el público va a comprar boletos sin importar el lineup. Con la fidelización ya asegurada, la prioridad deja de ser la renovación y pasa a ser la optimización de costos. En ese modelo, la nostalgia se convierte en un recurso rentable, porque es más fácil vender un nombre familiar que arriesgarse con una propuesta nueva, así lo señala el crítico musical Simon Reynolds. Vivimos en una era en la que la cultura pop ha enloquecido por lo retro y la conmemoración: bandas que vuelven a juntarse, reediciones, mashups. Esta fórmula funcionó para la edición 2024 con Placebo, Limp Bizkit y la deuda de Blink 182, y para este 2025 los headliners nostálgicos no tienen ese mismo peso, por un lado está Justin Timberlake (cuyo último #1 fue en 2016) Alanis Morissette (su más reciente álbum es del 2017 y este no entró al top 100 de listas Billboard LATAM ni radios en Colombia) y Tool (que tampoco tiene ninguna canción posicionada en listas con su último álbum del 2017). Artistas pop como Shawn Mendes y Olivia Rodrigo que tuvieron su momento en 2022-2023 no responden a la tendencia pop actual, quedan en una segunda categoría teniendo en cuenta a la femininomenon Chapell Roan y a Sabrina Carpenter. 


Festivales como el AXE Ceremonia 2025 en México prueban que aunque no se pueda tener de titulares a todxs lxs artistas en tendencia, sí es posible apuntar la mirada al menos a algunxs. Hay artistas que están en su prime, que están marcando la conversación cultural en este momento: Tyler, The Creator, Charli XCX, Rina Sawayama, incluso apuestas más arriesgadas como PinkPantheress. ¿Por qué allá sí y acá no? ¿Estamos a la espera de shows en solitario de estxs artistas (aunque eso signifique otro gasto para el público)? ¿Qué tanto de la curaduría sigue siendo una decisión independiente y qué tanto es simplemente una imposición de la industria? Finalmente ¿Podría un país como Colombia sostener un cartel con este nivel de propuestas como antes, o debemos prepararnos a estar a merced de movidas financieras de conglomerados como Live Nation y actos de artistas que usan este mercado como una manera de mantenerse activos financieramente?


¿Ustedes qué opinan? 


 

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